domingo, 10 de abril de 2011

Publicidades indignantes [parte I ]

No sé si alguien ha visto la última publicidad televisiva de Alto Avellaneda.

Al comienzo de esa publicidad se muestran muchos logos y marcas de empresas en distintos artículos (ropa, vasos, carteles, y otros objetos) y luego muestran a  un hombre que dice algo como “¿Qué nos pasó men? ¿No puedo ser una hoja en blanco?” para después voltearse y dejarnos ver en su espalda el logo de una internacionalmente reconocida empresa de calzado deportivo (Adidas). Y justo en la parte en la que me estaba indignando mucho, justo cuando iba a hacer el comentario de que la publicidad es de lo peor, apareció en la pantalla la leyenda de “saquémonos las caretas, las marcas si importan, y están todas en alto Avellaneda”. Bueno, en ese momento mi comentario se anuló, me quedé callada, indignada. Mil emociones y pensamientos invadieron mi cabeza. Creo que mi expresión fue muy clara, incluso me parece que abrí la boca. Hasta el punto en que mi mamá me llegó a preguntar que me pasaba. Ahí me ubiqué en tiempo y espacio, e hice el comentario.
   Les juro que ésta propaganda fue de las mas indignantes que he visto en el último periodo de mi vida. No solo es consumista y frívola, sino que  también hace apología  de ello. Nos transmite a todos que las marcas no solo importan, sino que son la base de la vida de los seres humanos, y que eso está bien y es lo más natural. Yo me pregunto, y les pregunto a ustedes, como sociedad ¿En serio está bien?

Veanlo con sus propios ojos


   Me parece que nos subestiman un poco como ciudadanos (activos o no). O sobreestiman el nivel de lavado de cerebro que llevaron a cabo en nosotros. Porque creo que a nadie le queda alguna duda, nos han lavado la cabeza, nos manipulan (desde los medios, desde las comodidades, educación, desde las modas, desde las siempre innovadoras tecnologías, y desde tantos otros lados) y pretenden seguir haciéndolo por mucho tiempo más. Sin embargo no creo que ese ‘lavado de ideas’ haya sido tan profundo como para que todos aceptemos esta publicidad e incorporemos el mensaje como si nada. Me reniego a creer que esto pasa desapercibido y que nadie en su casa, sentado frente a la tele, se plantea en sus interiores si eso es cierto y si está bien.
Encima ponen a un tipo con cara de hippie
   ¿Cómo puede alguien ser tan cara dura como para ni siquiera esforzarse por ocultar la frialdad y desinterés (social) de la publicidad? Más allá de eso, veo claramente que es una táctica marketinera, ya que no solo promueven y naturalizan el consumo de sus productos, sino que también intentan dejar en ridículo a todos aquellos que no los consumen. Osea que si yo me doy cuenta de que estoy viviendo en un contexto consumista, frio y avergonzante, y me planteo la idea de llevar a cabo la simplicidad voluntaria como forma de vida, soy una estúpida. Y no solo una estúpida estereotipada, sino una estúpida mentirosa e inservible, que aunque habla mucho en contra del sistema, consume igual, y sus ideas nunca van a llegar a nada.
CHAN

   En fin, esta publicidad lleva impresa en ella el mensaje de “ni se te ocurra remar en contra de las corrientes consumistas, porque vas a vivir solo, engañado y estúpido el resto de tu vida. No creas a esos que van en nuestra contra, son simples idiotas mentirosos que no ven la realidad”. Sin embargo, y después de mostrarles a grandes rasgos lo que nos transmiten día a día, yo voy a decirles algo más. Yo no les creo! Es ilógico que una persona viva a base del consumo, de las marcas, de las apariencias y de las modas. Todo aquel que comparta mi opinión está volviéndose de a poco alguien consciente, va a poder luchar contra el lavado de cerebro colectivo. Tenemos la responsabilidad, en mi opinión, de sacudir al de al lado para que despierte, para que se dé cuenta de que mucho de lo que nos dicen no es lo más normal ni lo mas cierto del mundo.